Turín ofrece con orgullo una zona circunstante de Palacios y Castillos de notable valor histórico y artístico, un auténtico sistema urbanístico y arquitectónico que le da un marco ideal a: la llamada Corona de las Delicias de los Saboya, como se había bautizado en su momento para definir al conjunto de áulicas moradas que surgieron alrededor de la capital piamontesa entre los siglos XIV y XVI como lugares de diversiones y de recreo, y al mismo tiempo centros de poder y de control del territorio por parte de la corte de la familia Saboya.
Se trataba de unas quince mansiones en total, de majestuosas construcciones con jardines y obras de arte que competían por su belleza e imponencia con otras fastuosas residencias reales europeas del período. Algunas de ellas decayeron, siendo definitivamente abandonadas hasta desaparecer (como por ejemplo el Parque Real, o el Castillo de Mirafiori), pero la mayoría afortunadamente, llega hasta nuestros días y representan un sistema cultural serial de primera importancia, que la Unesco ha proclamado Patrimonio de la Humanidad.
Entre todas, “La Venaria Reale” un complejo monumental que data de mediados del siglo XVII y, constituye la "puerta de acceso": con sus 80,000 metros cuadrados de Palacio, las 60 hectáreas de jardines, las 3,000 hectáreas de Parques de la Mandria y el adyacente “Borgo Antico”, constituye un "unicum" arquitectónico ambiental, cumbre del barroco europeo.
Junto con “La Venaria”, se destacan otras residencias reales importantes, como el imponente Castillo de Moncalieri que se destaca sugestivo en la colina de Turín, el Palacio de Caza de Stupinigi, también en los alrededores de Turín, morada de extraordinario valor y encanto artístico embellecido por los entornos escenográficos concebidos por el genio de Filippo Juvarra. Incluso el majestuoso Castillo de Agliè, en la zona del Canavese, y el de la Mandria, cerca del Palacio de Venaria, con sus parques y colecciones, las cuales son verdaderos tesoros que relatan eventos históricos de diferentes épocas que van hasta los principios del siglo XX.
Las Residencias de la casa Real de Saboya se proponen como un conjunto único, una nueva "meta exótica" ineludible del turismo italiano para hacer vivir una experiencia cultural diferente y recomendada continuamente: su visita merece reservar al menos un fin de semana para pasar momentos de placer e interés, rodeado de bellezas naturales e históricas, animado también por las delicias típicas enogastronómicas que abundan en sus territorios.
Para saber más: residenzerealisabaude.com.